Esta imagen representa tu vida y el liberarte de la adicción al porno:

drop of water

Pero eso, te lo detallaré más adelante.

Ahora, de momento, quería pedirte disculpas.

Mis disculpas

Si llevas tiempo queriendo dejar el porno, te habrás dado cuenta de que no es una cosa sencilla.

Presta atención a los detalles, y a lo que te contaré. Pueden marcar la diferencia en tu vida (y como comprobarás más adelante, no lo digo por decir)

Esto que estás leyendo ahora, es una página de ventas diferente, destinada a ayudarte.

Pero aún así, tengo que pedirte disculpas porque esto tendría que ser una página donde te pido el correo.

Ya sabes, una de esas páginas donde te piden el correo y te envían un email todos los días para venderte un curso.

Mis disculpas son, porque si mi programa fuese un arma definitiva para que dejases el porno, no te hago ningún favor al vendértelo ‘mal’.

De cualquier forma, esto de pedirte el correo y bombardearte a emails, sería la manera más óptima de vender un curso.

Pero soy un vago para poner un correo todos los días, y me gusta ir a contracorriente.

Así, que lo haremos ‘de otra manera’, y te desvelaré un par de secretos de ‘mi historia’

¿Por qué es diferente?

Porque he redactado este contenido para que te ayude en tu búsqueda de dejar el porno, compres o no el programa.

Mi propósito con esta página es:

  • Aportarte claridad de todo lo que puedes ganar dejando el porno.
  • Te contaré mi propia historia, cómo lo hice yo, y mi propia transformación.
  • Conseguir un par de clicks dentro de ti, para que dejar el porno, sea un sí o sí en tu vida.

Para ello, te contaré historias muy, muy personales, y te hablaré de tú a tú, sin chorradas.

Te contaré:

Vamos a ello.

De cuando dejé el porno y salvé el matrimonio de mis padres

Esta es una historia muy íntima, que me da algo de ‘cosa’ contar, pero creo que te puede servir como gran ejemplo, de lo crítico que puede ser para tu vida, que dejes el porno.

Hace unos 6 años, mis padres estuvieron a punto de divorciarse.

Mi mundo se derrumbó.

Mis padres eran una gran pareja, me habían transmitido mucho amor desde niño y eran mi referencia sobre como una pareja debe ser.

El amor que les veía cuando se besaban, cuando se hablaban diciendo ‘cariño’, ese toque familiar de pareja, de equipo, esa manera de estar juntos en el sofá.

Y de repente, un día parecía que todo aquello se había roto, se había perdido como un cruel espejismo.

Recuerdo cómo no podía dejar de pensar en aquello esos días. No conseguía quitármelo de la cabeza. No podía ser.

Hablé con los dos por separado, y parecía insalvable.

No podía aceptar que mi referente de lo que es una pareja, del amor, del cariño entre dos personas, se desvaneciese.

Era como si una creencia básica de tu vida, que aceptabas como la verdad más pura, se convirtiese en una falsedad, en un cartón piedra.

El resto de familia y amigos, me decían que tampoco me metiese mucho, que era su decisión, y que meterme de por medio, solo podía empeorar las cosas.

Pero yo había dejado el porno justo en aquella época.

Me sentía capaz de mover montañas.

No solo por el poder interior que sentía dentro de mí (al fin y al cabo, tras años y años de adicción y esclavitud, había conseguido, por fin, conquistarme a mí mismo).

Si no porque creía en el cambio más que nunca: si yo había cambiado, ellos también podían hacerlo.

Y otra cosa más: mi cambio había sido fácil. De esto, te hablaré más adelante, pero es una mentira que dejar el porno tenga que ser un proceso de lucha, sufrimiento y fuerza de voluntad.

Así que repito, me sentía capaz de mover montañas.

La situación no era buena, parecía que no había vuelta atrás, todo el mundo me decía que lo dejase, que no me metiese y que me olvidase. Hasta ellos mismos.

Una parte de mí, también lo veía imposible.

Pero otra parte, no iba a rendirse sin pelear.

Así que, un día antes del día crítico (mi madre al día siguiente iba a ver un piso) los senté a los dos a la mesa.

Te juro que no fue fácil. Fue incómodo juntarles. Una parte de mí solo quería echar a correr.

Pero lo hice.

Les senté y estuvimos hablando y hablando. Salieron viejas rencillas, cosas aquí y allá.

Pero poco a poco, noté que mi cincel iba surtiendo efecto: solo tuve que volverles a enseñar, a recordar, su propia escultura que era su matrimonio, su relación y su amor.

Suena bastante cursi… pero, era justo así: las críticas del uno al otro, eran las mismas.

Se resumía a un “te he dejado de importar” por parte de cada uno. Cada uno se sentía dolido porque el otro pensaba que no le daba la importancia que creía merecer.

¿No resulta irónico? El signo más claro de que alguien te quiere, es justo, que sienta dolor, pensando que eres tú quien no le quieres.

Fue una conversación, incómoda, larga.

Pero recuerdo el momento, en el que tuve que contener mi sonrisa.

Porque, joder, lo estaba consiguiendo, estaban volviendo a mirarse.

¿Y sabes una de las cosas que hice?

Soltarles la mitad de mi programa.

Por supuesto, reciclado y adaptado a su problema, pero los mismos principios que trato en mi programa para desengancharse del porno.

Eso y la autoconfianza que tenía en mí mismo y en que, “casi todo”, se puede cambiar, se puede mejorar.

Hace unos meses nació mi hijo.

Tengo una foto en que los dos están embobados, rodeándole, mirando como duerme.

Es una foto preciosa.

Y no lo pensé en ese momento, pero lo pienso ahora mientras te redacto estas líneas.

Esa foto no existiría si yo no hubiese dejado el porno.

No habría tenido el valor, no habría creído en mis posibilidades de arreglarlo y, desde luego: no hubiese tenido idea de qué decirles.

Y mi pequeño héroe, no tendría esa foto tan bonita con sus dos abuelos juntos.

Muchas veces se me olvida esta historia y no suelo recordar a menudo la importancia que tuvo el que yo dejase el porno.

Pero espero, que ahora entiendas mucho mejor esa frase que digo, y que intento inculcarte cuando afirmo que:

Dejar el porno, es mucho más que dejar el porno.

El drogadicto al que fallé

Hace unos años, vendía este mismo programa por teléfono.

Hacía una primera sesión de consultoría gratuita, la gente me contaba en que punto estaban y yo les hablaba de mi programa para ver si les podía encajar.

Una vez hablé con una persona que me contaba que estaba enganchando al porno y a la cocaína.

Y que ambas iban de la mano: el porno le hacía consumir coca y la coca le hacía consumir porno.

Era una persona cerca de 40, con hijos, de las Islas Canarias, si mal no recuerdo.

El caso es que, cuánto más me contaba de su experiencia, más seguro estaba yo de que mi programa podía ayudarle.

La adicción al porno, no es distinta que cualquier otra adicción. Tengo un amigo que fue adicto al juego, y que también se benefició del programa.

Finalmente no acabó entrando al programa.

Y me dio mucha lástima, sentí que había hecho algo mal, que me correspondía haber cerrado bien esa venta y haberle ayudado (y si no, siempre podía haber usado la mejor garantía de devolución, de la que te hablaré más adelante).

No lo sé con certeza, desde luego, pero tengo la convicción de que mi programa hubiese sido un cambio en su vida.

Hasta mi pareja me ha recordado que pasé unos días ‘jodido’ por no haber conseguido que entrase.

Pero no pude ayudarle, no pude trabajar con él para dejar atrás sus adicciones, ni siquiera volví a saber de él (le dejé la puerta abierta, mi propio teléfono para que pudiese contactarme cuando quisiera).

De vez en cuando pienso en él. No se cómo acabaría, ni cómo le irá.

Pero sí que sé que las adicciones son jodidas.

Que dejarlas por uno solo es complicado o casi imposible

(En mi caso intenté miles de veces dejar mi adicción, y solo fue cuando empecé a comprar programas como el mío, cuando todo cuadró y se me hizo sencillo).

No sé quién eres ni que clase de problemas atraviesas, pero si estás leyendo esto y te sientes reflejado en lo que te cuento, solo espero que algo de esta página te haga click y te conduzca a entrar al programa.

Porque vidas como las de este hombre, se pueden desperdiciar, si no toman las riendas, no dan un pequeño salto de fe, aunque solo sea “por probar otra cosa diferente”.

El cambio, la transformación, el giro de tu vida, están a un click (y sí, a unos euros de distancia también), pero el riesgo de no usarlos y que todo siga yendo igual o peor, es mucho mayor.

La mejor garantía de devolución de la historia

No sé si este programa puede ayudar a TODO TODO el mundo.

(Aunque a fecha de hoy, no he tenido ni una sola devolución).

Lo que sí que sé, es que quiero que el programa te sirva.

Y que si no te sirve, no te convence, o lo que sea, me pidas la devolución.

Por eso quiero ir un paso más allá, de lo que ofrecen otros programas.

Y te diré por qué tengo la mejor garantía de devolución de todo el Internés:

  • Normalmente otros programas te dan una garantía de devolución de 30 días, 90 a lo sumo. En mi caso voy más allá: tienes una garantía de por vida.
  • Sí: en cualquier momento, puedes pedirme la devolución del curso, y te la abonaré al 100%, sin ninguna pega ni ninguna pregunta.
  • Como a veces nos da ‘cosa’ poner un correo para pedir una devolución, te lo pondré aún más fácil: no hace falta ni que me escribas nada en el cuerpo del correo, solo pon en el asunto “Devolución” y te devolveré el dinero.

Ya digo, en cualquier momento, por lo que sea, sin preguntas.

¿Para qué voy a querer tu dinero si no te ha servido?

¿Sigues pensando que no merece la pena probarlo?

Testimonios

Aquí solía poner algunas capturas de whatsapp (con nombres borrados) de varios alumnos.

Pero se me hace tan común a tantas páginas, y al fin y al cabo, podrías decir que las he photosopeado e inventado.

Así que simplemente te haré un resumen de mi tiempo con este programa:

Lo cual me hace recordar a aquel drogadicto y pensar: mierda, podría haberle ayudado.

Esta no es una gran página de ventas, así que en estas líneas casi te suplicaré:

Si notas que estás atascado, que estás jodido de alguna manera con esta adicción, o que te hunde hacia el fondo del mar, déjame ayudarte.

Tu vida en ondas concéntricas

Voy a terminar esta página con una metáfora en la que pienso con el tema de dejar el porno y de mi propia historia.

¿Recuerdas esta imagen que te puse antes?

drop of water

Creo que dejar el porno es la gota que cae en el medio, y que empieza a formar ondas concéntricas en nuestra vida.

En mi caso, entre otras cosas, dejar el porno dejó una serie de ondas concéntricas en mi vida como la que te he contado: salvar el matrimonio de mis padres, sentirme poderoso, y hasta emprender mi primer pequeño negocio en Internet.

Quizá para ti pueda suponer que tu vida empiece a cambiar, ligarte a esa chica que ves todos los días en tu cafetería, salvar tu relación de pareja, o empezar ese proyecto que te haga millonario.

No lo sé. Hay mil historias y mil vidas diferentes.

Pero cuando a veces digo, que “una vida sin porno siempre será una vida mejor”, es porque así lo siento, así lo he experimentado y así lo deseo para ti.

Yo hubiese dado todos mis ahorros porque mis padres no se separasen.

Hoy puedes comprometerte contigo mismo a tomar las riendas de tu vida y conquistar tu libertad.

El programa

El coste del programa, a día de hoy, son 197€.

Un amigo que se dedica a negocios por Internet, me ha dicho que es muy poco por un programa así.

Puede que pronto lo suba, a 297€ o incluso más.

No te voy a detallar los contenidos exactos del programa (parecería necesitado de venderlo y de convencerte de que es bueno, algo de lo que ya estoy convencido).

Lo que sí que te resumiré es lo que entra en el programa:

  • Toda la 3º edición del programa
  • Una actualización (llamémosle 4º edición) que es una síntesis de lo mejor de la 3º edición con una serie de BONUS, de ‘rápida actuación’ para que empieces a dejar el porno cuanto antes.
  • Mi telegram personal para cualquier cosa que me quieras preguntar vía texto o audio.
  • Mi email personal para lo mismo.
  • La garantía de devolución de por vida, sin preguntas y simplemente poniéndome un correo que diga “Devolución” en el asunto (hasta puedes dejar el correo vacío como te dije)

Así que, si algo de lo que te he dicho te resuena, aquí tienes el botón.

El cambio, tu transformación, y una vida mejor, a un click:


Comprar Programa a 197€



Entres o no entres, te deseo lo mejor. No te rindas. No te conformes.

El cambio es posible.